En este gélido Enero de Madrid tengo frio y tengo miedo, lo
del frío está claro los 4 grados bajo cero que tenemos en las noches, lo del
miedo es por el viento filonazi que empieza a recorrer la vieja Europa.
El viejo y repugnante fascista, racista y xenófobo,
presidente checo Milos Zeman, ya apuntaba hacia donde debería ir la política
europea con respecto a los refugiados de guerra musulmanes, calificándolos de
cobardes y bárbaros que no querían hacer la guerra en su país y sembrando el
miedo y la desconfianza hacia ellos con la vieja y eficaz cantinela nazi de que
son la punta de flecha de un ejército de terribles asesinos, espantosos, sanguinarios
y fanáticos terroristas, dispuestos a acabar con nuestro maravilloso sistema de
democráticas libertades.
De un perfecto desertor de la especie humana como es Milos
Zeman puede esperarse cualquier cosa por terrible que esta sea, pero lo que de
verdad asusta es cuando viene de democrática y civilizada Dinamarca, el
gobierno danés se está planteando robar (perdón quise decir expropiar) a los refugiados
sirios sus bienes, principalmente dinero
y joyas con la excusa de financiar su manutención, esperemos que no sea el
primer paso hacia la barbarie que acabe cortando las melenas a las mujeres, sacándoles
los dientes de oro y haciendo jabón con su grasa.
Claro está que en la moderna, limpia y rica Suiza ya se está
robando (perdón expropiando) a los refugiados todos sus bienes por encima de
los 1000 francos suizos para pagar su estancia en el país y si consiguen un permiso
de residencia, cosa poco probable, deberán pagar un impuesto especial del 10
por ciento de su salario durante 10 años. ¿Es o no es para asustarse? Esperemos
que lo próximo no sea coserse una media luna en la chaqueta.
Por aquí la cosa tampoco anda como para tirar cohetes, a aquellos
que en el mes de mayo de 2011 tomaron y acamparon en las plazas al grito de ¡No
nos representan! reclamando justicia, libertad y honradez, los llamaron vagos, perro
flautas, sucios, que solo pensaban en follar y drogarse, a los que recriminaban
su comportamiento poco civilizado y democrático y pedían con tono sorna y
suficiencia que abandonaran las plazas y se presentaran a unas elecciones, si querían
cambiar lo que no les gustaba, ¡hicieron caso! formaron un partido, se presentaron
a una elecciones y hoy están en el parlamento, con sus rastas, su vestimenta
informal, sus bicicletas, y sus nuevas formas y eso no gusta a sus arcaicas señorías.
Merece mención especial una diputada de PP que dedica el
tiempo de trabajo que pagamos a precio de oro con nuestros impuestos a jugar
con video juegos, en cualquier empresa privada la hubiesen despedido por vagancia,
pero en el parlamento español no solo no
se la echa sino que se la permite insultar a otros parlamentarios de manera
grosera, barriobajera y sinvergüenza, llamándoles
sucios, piojosos y mal olientes, toda una joya la señora en cuestión.
Y claro yo que no tengo una pinta muy… digamos políticamente correcta, que en mi
fondo de armario (mira que suena tonto y pijo lo de fondo de armario) no hay ni
una sola corbata o camisa
blanca, ni tengo el uniforme o disfraz de prohombre
de bien (traje gris o azul marino), y encima por culpa del puñetero invierno,
para protegerme del frío ando con unas pintas que cuando me miro al espejo a mí
mismo me asustan (véase la fotografía) es normal que esté preocupado y con
miedo de que cualquier día de estos algún ciudadano modelo o agente de la
autoridad me confunda con un emigrante clandestino, un sanguinario terrorista
o lo que es peor un diputado drogadicto, obseso sexual, sucio y maloliente y
tenga yo un disgusto.
Odio el frío |
¿No dicen que la historia se repite?, pues eso.
ResponderEliminarSaludos
Y que la cosa no vaya a más, y cuidadin con esas temperaturas.
ResponderEliminarAbrazo.
Con esa facha, cualquiera que te vea le entrara un miedo frio
ResponderEliminarAbrígate porque hoy más que nunca se acerca el invierno.
ResponderEliminarQué peligrosas formas de afrontar el drama de los refugiados, qué poca memoria, qué poca responsabilidad.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConfiemos en que también existen muchas personas como nosotros, que odian el frio, y las injusticias sociales, y que trabajan desde todos los ámbitos de sus vidas para conseguir un mundo mejor, más humano. Haberlas haylas, lo que pasa es que tienen mucha menos difusión. Nos controlan usando precisamente eso: el miedo.
ResponderEliminarNo tengamos miedo (ante nada). Yo ahora siempre prefiero tener ESPERANZA.
Besitos
jajja, pues tú ponte el pasamontañas negro, y que cada uno opine...
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