lunes, 18 de enero de 2016

FRÍO Y MIEDO

En este gélido Enero de Madrid tengo frio y tengo miedo, lo del frío está claro los 4 grados bajo cero que tenemos en las noches, lo del miedo es por el viento filonazi que empieza a recorrer la vieja Europa.

El viejo y repugnante fascista, racista y xenófobo, presidente checo Milos Zeman, ya apuntaba hacia donde debería ir la política europea con respecto a los refugiados de guerra musulmanes, calificándolos de cobardes y bárbaros que no querían hacer la guerra en su país y sembrando el miedo y la desconfianza hacia ellos con la vieja y eficaz cantinela nazi de que son la punta de flecha de un ejército de terribles asesinos, espantosos, sanguinarios y fanáticos terroristas, dispuestos a acabar con nuestro maravilloso sistema de democráticas libertades.

De un perfecto desertor de la especie humana como es Milos Zeman puede esperarse cualquier cosa por terrible que esta sea, pero lo que de verdad asusta es cuando viene de democrática y civilizada Dinamarca, el gobierno danés se está planteando robar (perdón quise decir expropiar) a los refugiados sirios sus bienes,  principalmente dinero y joyas con la excusa de financiar su manutención, esperemos que no sea el primer paso hacia la barbarie que acabe cortando las melenas a las mujeres, sacándoles los dientes de oro y haciendo jabón con su grasa.

Claro está que en la moderna, limpia y rica Suiza ya se está robando (perdón expropiando) a los refugiados todos sus bienes por encima de los 1000 francos suizos para pagar su estancia en el país y si consiguen un permiso de residencia, cosa poco probable, deberán pagar un impuesto especial del 10 por ciento de su salario durante 10 años. ¿Es o no es para asustarse? Esperemos que lo próximo no sea coserse una media luna en la chaqueta.

Por aquí la cosa tampoco anda como para tirar cohetes, a aquellos que en el mes de mayo de 2011 tomaron y acamparon en las plazas al grito de ¡No nos representan! reclamando justicia, libertad y honradez, los llamaron vagos, perro flautas, sucios, que solo pensaban en follar y drogarse, a los que recriminaban su comportamiento poco civilizado y democrático y pedían con tono sorna y suficiencia que abandonaran las plazas y se presentaran a unas elecciones, si querían cambiar lo que no les gustaba, ¡hicieron caso! formaron un partido, se presentaron a una elecciones y hoy están en el parlamento, con sus rastas, su vestimenta informal, sus bicicletas, y sus nuevas formas y eso no gusta a sus arcaicas señorías.
Merece mención especial una diputada de PP que dedica el tiempo de trabajo que pagamos a precio de oro con nuestros impuestos a jugar con video juegos, en cualquier empresa privada la hubiesen despedido por vagancia, pero en el parlamento español  no solo no se la echa sino que se la permite insultar a otros parlamentarios de manera grosera, barriobajera  y sinvergüenza, llamándoles sucios, piojosos y mal olientes, toda una joya la señora en cuestión.


Y claro yo que no tengo una pinta muy…  digamos políticamente correcta, que en mi fondo de armario (mira que suena tonto y pijo lo de fondo de armario) no hay ni una sola corbata o camisa
Odio el frío
blanca, ni tengo el uniforme o disfraz de prohombre de bien (traje gris o azul marino), y encima por culpa del puñetero invierno, para protegerme del frío ando con unas pintas que cuando me miro al espejo a mí mismo me asustan (véase la fotografía) es normal que esté preocupado y con miedo de que cualquier día de estos algún ciudadano modelo o agente de la autoridad me confunda con un emigrante clandestino, un sanguinario terrorista o lo que es peor un diputado drogadicto, obseso sexual, sucio y maloliente y tenga yo un disgusto.

miércoles, 13 de enero de 2016