viernes, 13 de noviembre de 2015

DANCE ME TO THE END OF LOVE

Estaba yo hace unas horas mirando al vacío y con la mente en blanco (cosa completamente normal si tenemos en cuenta el puré de guisantes que tengo por cerebro), cuando ¡sorpresa! me dio por pensar (algo absolutamente infrecuente y extraordinario, según mi neurólogo), qué pasaría  si  al igual que en la novela de Ray Bradbury  "Fahrenheit 451", esa en la que un gobierno tirano decide prohibir los libros, con el pretexto de que la lectura impide y dificulta la felicidad del ser humano, y en la que los
bomberos no apagan fuegos sino que los provocan quemando bibliotecas, en la que grupos de ciudadanos organizados contra el sistema se refugian en los bosques, creando la figura de los "hombres libro" encargados de memorizar el mayor numero de volúmenes posible, para después trasmitirlos de manera oral a las nuevas generaciones.

Digo que me hice la siguiente reflexión. Si el cártel de ladrones y delincuentes sin moral y sin conciencia que hoy dirige el mundo decidiese un día prohibir la música, quemando instrumentos y partituras, a mí, dado mi probado carácter populista, antisocial, anti sistema y revolucionario izquierdista, no me quedaría más remedio que echarme al monte y convertirme en un peligroso "hombre canción" y otra vez sorprendiendo a todos los que me conocen por lo insólito de mi actividad cerebral, me hice la siguiente pregunta, ¿qué canción salvaría yo? Dada mi escasísima capacidad de memoria y retentiva ni plantearme una sinfonía o cosa parecida, tendría que ser algo más chiquito de apenas unos minutos de duración. Después de días, ¡qué digo días! semanas estrujando mi cerebro, varias tortillas de Trankimazin y litros y litros de tila y agua de azahar, decidí que guardaría en mi memoria esta que a continuación os dejo.

Por qué, ¿a quién no le gustaría que le cantaran al oído eso de?… "Baila conmigo hasta el fin del amor"


Baila conmigo por tu belleza sonando un ardiente violín.
Baila conmigo a través del pánico hasta que esté seguro en él.
Elévame como a una rama de olivo y sé la paloma que me lleve a casa.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Oh, déjame ver tu belleza cuando los espectadores se hayan ido.
Déjame sentirte moviéndote como lo hacían en Babilonia.
Muéstrame lentamente los únicos límites que conozco.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta la boda, ahora, baila y baila.
Baila conmigo tiernamente y mucho tiempo.
Los dos estamos bajo nuestro amor, estamos por encima.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo por los niños que piden permiso para nacer.
Baila conmigo entre las cortinas que nuestros besos han gastado.
Levanta una carpa protectora ahora, aunque cada hilo esté roto.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo por tu belleza sonando un ardiente violín.
Baila conmigo a través del pánico hasta que esté seguro en él.
Tócame con tu mano desnuda o hazlo con tu guante.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta el fin del amor.
Baila conmigo hasta el fin del amor.

4 comentarios:

  1. Hubo un momento que en España estaba prohibida la llamada "canción protesta" eran los años 60 y 70, se limitaba a cantarse en alguna clase universitaria.

    Saludos

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    1. Hubo un tiempo que en España estaba prohibido todo y lo peor es que ese tiempo puede volver si no espabilamos.

      Un abrazo, Emilio.

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  2. Me ha encantado la canción!
    Qué romántico, eh?

    =)))

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  3. Cohen es uno de mis favoritos, su voz parece acariciarte por dentro y ahora que te leo con las noticias terribles de París al fondo, suena especialmente dulce en el dolor.

    Un beso

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