Yo la verdad, lo reconozco, no sé escribir poesía, la última vez que lo intenté me salió esto:
EL GATITO Y LA HORMIGUITA.
Las florecillas del campo
las corté con alegría
para llevárselas a la virgen
que era lo que más quería.
Cuándo vayas al campito
no pises la hierbecita
porque podrías matar
a las pobres hormiguitas.
¡Qué horror verdad!, ya os dije y os repito que yo no sé escribir poesía, pero eso no impide que si sepa leer y apreciar la poesía, me enseñó un viejo maestro represaliado por el franquismo, allá por los años...bueno hace muchos años, se llamaba Don César, fíjate si hace años que a los profesores los llamábamos Don y Señor, ¡ya te digo! cosas del pasado.
Pero bueno a lo que iba que se me va la olla, claro como soy bipolar, el hecho es que viendo tantos blogs de poesía, no se por qué se me vino a la cabeza una frase, un pequeño párrafo de un tal Bertolt Brecht, que dice...ni que hablar de amor y de flores, olvidara a tanta gente que está sufriendo dolor.
Y no se por qué, será porque soy bipolar, y estoy como un cencerro mal afinado, que me dio por pensar que salvo excepciones, haberlas haylas, que en este mundo hay mucha lírica, poca crítica y menos compromiso, ya lo dice la canción de golpes bajos, malos tiempos para la lírica.
Aquí os dejo una poesía, ésta si que lo es, no la he escrito yo!, y una canción, la poesía es de Gabriel Celaya, la canción de Daniel Viglietti, basada en un texto de Bertolt Brecht.
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO.
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros. Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho. No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Bipolar, voy a caer en la trampa: ¿y el gatito?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo: poco compromiso. Y el mundo de los poetas. Mejor ni hablar: ni hablar. En su descargo, decir que los poetas se parecen un poco a los tiempos que vivimos: ni chicha ni limoná.
Por cierto, que tengo ese vinilo de Viglietti, Tropicos. Una joyita.
Ah! y "La poesía es un arma cargada de futuro", de Celaya, también es una canción de Paco Ibañez, buenísima. Pero no sé para que te lo digo, si tú ya lo sabes.
Venga. Salud, Bipolar.
Yo he hablado de poetas, pero también vale para fontaneros, periodistas o bailaoras, lo dicho poco compromiso.
ResponderEliminar¿El gatito?, se lo a comido el Fernan, el sin techo de mi barrio, dice que tenia hambre.
Salud, Tomás
bueno, aunque me encanta Brecht, no creo que la poesía (el arte en general) y la política deban caminar necesariamente juntos.. la politización de las artes, salvo honrosas excepciones, suele parir hijos grises, tristes y poco agraciados
ResponderEliminarbesos,
He releído y repasado mi texto, y no he encontrado por ningún lado ni una sola referencia a la política, yo hablo de compromiso, compromiso con el tiempo que nos toca vivir, sin compromiso no existirían obras tan "tristes y grises", como las de Quevedo, Miguel Hernández, Lorca y Celaya en poesía, en pintura sólo por poner un ejemplo, Goya o Diego Ribera y así sucesivamente en todas las artes.
EliminarPor otra parte, no entiendo esa aversión a la política, el ser humano es un animal político, la política condiciona nuestra vida (el arte también) desde el momento de nacer hasta que el momento de nuestra muerte, puedo entender el rechazo a los malos políticos y a la mala política, pero precisamente por eso todos deberíamos intervenir en política, nos jugamos mucho en ello.
Salud y besos.
Bipolar ¿te he dicho que ME ENCANTAS? cuánta suerte tengo, qué haría sin tí...???!!
EliminarYo de poesía nada Señor Dn Gachupín, esa se la dejo a los sensibles de alma, mire que para entendería necesito volver a nacer pero como reencarnare en perro, ¿Pos como?
ResponderEliminarLe dejo un abrazo compadre.
Tu tranquila MaLquE, como mi buen amigo Tomás Ribero, (poeta) me dijo en una ocasión, en la que yo me lamentaba de no saber escribir poesía,
EliminarTodos somos unos ignorantes, lo que pasa es que todos no ignoramos las mismas cosas, (Albert Einstein).
Un beso, chamaquita.
Buen poema has elegido.
EliminarPásalo lo mejor que puedas.
Felices Fiestas.
Saludos.
Gracias, lo mismo te deseo.
EliminarSalud, Toro.